domingo, 25 de mayo de 2014

¿Por qué un elefante?

Hace unos meses decidí tatuarme un elefante, si, un elefante, nada de estrellas, notas musicales, frases en francés, letras chinas... este tatuaje, más que una decisión personal, más que un dibujo llamativo, además de ser una composición que elegí de entre muchas, se ha convertido en la responsabilidad de explicarlo. Cada persona que lo ve por primera vez siente la necesidad irremediable de perguntar, en estas mismas palabras: ¿por qué un elefante?
    Desde mucho antes de tomar la decisión de inyectar tinta en mi piel, imaginaba que esa pregunta iba a ser frecuente, lo que no imaginaba es que iba a atravesar por entrevistas, interrogatorios y un hostigamiento digno de la santa inquisición. Siempre he sido una persona sencilla, no me gusta caer en explicaciones largas y tediosas, por lo que siempre respondía: "es que me gustan los elefantes", error. Esta respuesta generaba reproches, miradas de decepción, regaños, etc. porque se supone que los tatuajes "deben tener un significado" y el mío lo tiene, solo que no sentía la necesidad de explicarlo cada vez.
    A raíz de tanta polémica sobre la naturaleza "superficial" de mi tatuaje empecé a dar más detalles, el porqué me gustaban los elefantes, que significaban... cuando me di cuenta mi explicación ya casi rayaba en un reseña biográfica, un intento de psicoanálisis y un estudio la simbología de los elefantes.
    La verdad es que no es una expliación tan complicada: Los elefantes han estado presentes durante toda mi vida, mi mamá los colecciona porque cuando era pequeña sus hermanos la llamaban "fantito", sabrá Dios por qué y, como es de imaginarse, desde mis primeros años estuve rodeada de fantitos, simplemente me recuerdan a mi mamá y es una manera de tenerla presente siempre, entonces, esa es la fulana historia de mi tatuaje, quizá no es nada místico ni extravagante, pero si soy sincera me encanta y no le cambiaría nada.

Doce cuentos peregrinos

García Marquez debe ser uno de mis primeros amores en la literatura, tiene una manera tan natural y espontánea de enredar la realidad y la magia en el imaginario del lector, que es casi imposible no involucrarse en la historia. Una de las formas más fascinantes en las que Gabo ha logrado ilustrar esto es en sus cuentos, porque además es un excelente narrador que relata las historias mas extraordinarias de la manera más sencilla. Acá les dejo los primeros que leí y también algunos de mis favoritos.




                                                   http://biblio3.url.edu.gt/Libros/12_cuentos.pdf

martes, 13 de mayo de 2014

Cuentos de Cronopios y famas

Bueno, esta es una pequeña recomendación que les hago, son cuentos que abren la mente y la imaginación, cada vez que los leo encuentro cosas nuevas, más que ser relatos son retratos geniales de seres mágicos ideados por un gran cronopio.
Acá les dejo el enlace para que lean y disfruten



lunes, 12 de mayo de 2014

Artista desconocido

Cuando el anciano se sentó a su lado en el autobús Liliana estaba distraída viendo por la ventanilla; lo saludó con un gesto amable, casi familiar. El viejo comenzó a dibujar con unos marcadores en un pequeño rectángulo de cartón. Pasajeros subían y bajaban, se intercambiaban tacones por zapatos deportivos, disculpas y permisos en el pasillo. Las líneas que iban dibujandose en el cartón parecían trazadas por el recorrido del autobús, todos los colores que componían el cielo al atardecer caían sobre el improvisado lienzo como plumas. Liliana observaba callada con sus ojos gigantes de marciano que delataban siempre su curiosidad irremediable, no tuvo cuidado en disimular. Ante ella se dibujaba una sabana arropada por un cielo crepuscular, un tepui se alzaba allá, lejos; cada línea y cada sombra eran tratadas con delicadeza. El anciano no demoró en darse cuenta de la mirada inquisidora de su compañera de viaje. Terminada la obra, el hombre se levantó y pidió al conductor la parada, dejó caer una sonrisa en el momento en que firmaba el trozo de cartón y se lo entregaba a Liliana; ella le devolvió una sonrisa agradeciendo el regalo. Cuando lo vio cruzar la calle, un millón de agujas le prensaron el cerebro mientras contenía sus lágrimas, hacía tanto tiempo que la enfermedad de su abuelo no lo dejaba reconocerla, pero siempre parecía recordar que La Gran Sabana era su lugar preferido del mundo.

Microcuento

Él le juró por Dios que la amaba, lástima que ella era atea

sábado, 10 de mayo de 2014

Papel y lápiz

Palabra a palabra se van deshojando tus cansadas canciones repetidas, con una carcajada estridente, casi obscena rayando la superficie del silencio terciopelo, silencio ceniza, silencio bruma. Se escurren de tus pálidas manos tímidas letras aferradas, nobles, distantes. Se desparraman sobre la hoja todas grafito separadas por pequeños abismos. Caen redondas una al lado de la otra, cual gotas de agua se mezclan y se confunden, se van armando puentes, versos, bocas, dolores, cadenas rotas, simples agonías cotidianas se desprenden de la ilusoria lluvia literaria.

domingo, 4 de mayo de 2014

Cuerdas


Las líneas de tu mano se deslizaban como derritiéndose en hilos tan delgadísimos que parecían telarañas, bailaban siniestros iluminados por el tenue resplandor de mis ojos ahogados de salinidad; se escurrían por entre los pliegues de mi ropa susurrando palabras imposibles, avanzaban con lentitud y tanta delicadeza que parecía casi imposible que me diera cuenta de que ya estaban aferrándose a mis muñecas y mis tobillos. Debe ser que nunca había visto unas cuerdas de marioneta.